En cuanto encienda el aire acondicionado o la calefacción, el filtro del habitáculo se ensuciará inevitablemente.
Cuando está demasiado atascado, el filtro ya no es capaz de retener los contaminantes, lo que deteriora la calidad del aire en el interior del vehículo. Peor aún, algunos medios como el carbón activado
pueden liberar contaminantes previamente capturados en el habitáculo,
exponiendo al conductor a riesgos para la salud.
Desde un punto de vista mecánico, un filtro excesivamente sucio puede causar problemas en el sistema de aire acondicionado.
No sólo dificulta el desempañado del parabrisas, sino que también puede impedir que el aire acondicionado o la calefacción funcionen, al tiempo que persisten olores desagradables. Si el filtro está completamente obstruido, el motor del sistema de ventilación puede incluso dañarse, lo que conlleva costosas reparaciones.
Por lo tanto,
cambiar los filtros con regularidad garantiza un aire limpio en el habitáculo,
protege su salud evitando la inhalación de contaminantes y garantiza una conducción agradable.
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Mantener la calidad del aire en su vehículo es una elección informada que contribuye a su bienestar y comodidad durante sus viajes.